Huelo a incienso desde mi habitación, desde los sueños más profundos que parecen saber que queda poco, pero realmente queda mucho, mis sueños se han confundido, o es posible que no quieran creerlo, pero no está allí donde cada año lo vemos, donde cada cuaresma le regalamos
Sigo pensando en ser egoísta, pero tranquilos, ya me estoy curando, no quiero que llueva el Domingo, entiendo que sería lo único que me conformaría para saber que de todas formas no hubiese salido, pero no se trata solo de salir, es la vivencia que conlleva todos esos días de trabajo, meditación y esfuerzo.
Era necesario y no teníamos opciones, actos y cultos o patrimonio, es muy simple, sin patrimonio no hay actos ni cultos. Pero también nos llevamos con nosotros las vivencias este año, no la misma, pero si una distinta. Quién de los que estuvimos allí olvidaremos esa silueta con un fino lienzo sobre sí, seguro que tampoco aquel coche lleno de jóvenes que nos seguía, dificultando el tráfico para adivinar qué era aquello que asomaba desde el volquete donde iba montado. Tampoco olvidaran aquellas personas trianeras ese momento en el que se acercaron con asombro para ver y curiosear aquello tan pesado que trasladábamos hasta el taller.
Y ahora qué, esa es mi pregunta, desde hace siete años tengo obligados planes para este próximo Domingo, por vez primera desde entonces no los tengo. Me gustará seguir soñando que queda poco, pero no quiero parecerme a mis sueños confundidos, me convenceré a mi mismo con la visita a los templos, a los montajes, a otras salidas que me hagan recordar, que ya queda poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario